Las mentiras son frecuentes en los niños. Algunas veces son señales de miedos, que esperan obtener un beneficio o, cuando son muy pequeños, que no saben distinguir entre realidad o fantasía. En cualquier caso, es importante analizar por tu cuenta las razones de este comportamiento y actuar en base a ello para mejorar su educación. Sigue estos tips para saber qué hacer en caso descubras a tu hijo con una mentira.

1. Descubre el motivo. Como ya mencionamos, lo principal será conocer por qué lo ha hecho. Por ejemplo, si quiere llamar la atención inventando una dolencia, si tiene frustración con sus amigos y les dice que, por ejemplo, él también tiene muchos juguetes en casa, si quiere imitar a alguien ya que escucha mentiras a su alrededor, etc. Actúa en base a ello y trata de no darle un castigo, sino comprenderlo y buscar una solución.

2. Explícale las consecuencias de su acción. Castigarlo no es una opción si no entiende por qué está mal decir mentiras. Siéntate con él y explícale qué consecuencias puede tener una mentira en el futuro.

3. Dale confianza. Si está tratando de ocultar algo, quiere decir que algo lo incomoda o tiene algún temor. Hablen juntos sobre lo que pasa, así sea algo muy pequeño, genera esa confianza en él para que pueda contarte lo que pasa por su mente.

4. No celebres sus mentiras. A muchos padres les causa gracia que sus hijos inventen, oculten o mientan en muchos temas. Minimizan el problema y los dejan actuar. Si bien un castigo no debe ser una alternativa, tampoco es bueno que ayudes a fomentar un hábito negativo.

5. Dale el ejemplo. Si tu hijo te hace una pregunta comprometedora y tú no la sabes, dile que desconoces la respuesta y que tratarás de investigar o averiguar cuál es. El objetivo es que él sepa que está bien no saber sobre algo y que lo importante es ser sincero.

Por último, puedes enseñarle algunos ejemplos en el que él vea la importancia de los buenos valores. La lectura es uno de los mejores hábitos y, a través de ella, puedes brindarle un aprendizaje más constructivo.

Para complementar la educación de tus hijos, los cuentos son una herramienta didáctica y amena que los hace involucrarse e identificarse, lo que fomenta su creatividad, concentración, confianza y cultiva los bueno valores. Nosotros escribimos historias que promueven valores y las adaptamos al niño protagonista. Para más información escríbenos a info@theoyleo.com o llámanos al 9697 26504.

El principal objetivo que tenemos como padres es brindarles a nuestros hijos una educación que fomente el desarrollo de su autonomía, ya que gracias a ella serán capaces de tomar sus propias decisiones sin equivocarse.

Sin embargo, para que alcancen una completa autonomía, es necesario que los padres se comprometan –desde un inicio- a dejar de sobreprotegerlos. Uno de los pilares fundamentales de la autonomía es la responsabilidad. Si los padres no dejan que sus hijos se desarrollen normalmente por temor a que le pueda pasar algo, nunca podrán desenvolverse solos en diversos aspectos de la vida.

Pero, ¿cómo lograr que los niños sean autónomos? Aquí te mostramos cinco pasos que te ayudarán a fomentar la autonomía de los más pequeños de casa:

1. Establece reglas claras

Es importante que cada miembro de la familia tenga reglas claras y que éstas sean cumplidas a cabalidad. Así, el niño podrá desarrollar sus habilidades y poco a poco se desenvolverá por sí solo. Es importante expresarles de manera clara y directa las expectativas que tenemos depositadas en ellos y hacerles saber cuáles son las consecuencias si se actúa de manera inadecuada.

• Evita ser arbitrario.

No siempre una determinada actitud o conducta tiene que tener una consecuencia. Haz que el niño se dé cuenta por sí solo que está actuando mal, para que no lo vuelva a repetir la acción.

• Evita la sobreprotección

Entierra toda actitud de sobreprotección. Deja que tu hijo haga las cosas por sí solo y no le exijas cosas que están por encima de su capacidad. También es fundamental dejar de lado comentarios negativos y menospreciar los quehaceres que ha realizado.

• Fomenta la toma de decisiones

Cuando tu hijo decida asumir un compromiso, es importante hacerle ver que tiene que cumplir con él y de las consecuencias que puede traer. De esa manera, el niño podrá diferenciar las acciones buenas de las malas.

• Destaca sus logros

Es fundamental destacar los logros de los niños. Refuerza siempre sus intentos y esfuerzos, pues el reconocimiento social ayuda a consolidar lo aprendido y lo motiva para intentarlo de nuevo. En el caso de que la tarea no se haya finalizado o no esté bien hecha, valora su actitud, destaca lo positivo y explícale que es lo que necesita hacer para que en el segundo intento lo haga a la perfección.

Lograr que los niños sean autónomos no significa dejarlos a la deriva. El cariño, amor y respeto hacia ellos tiene que estar siempre presente. La autonomía no es sinónimo de independencia, y menos en un menor de edad. 

Despierta la imaginación de tus hijos con cuentos personalizados. Escribimos historias que promueven valores y las adaptamos al niño protagonista. Para más información, escríbenos a info@theoyleo.com o llámanos al 9697 26504.

La neuroeducación, basada en la neurociencia, es una nueva visión del aprendizaje que se orienta a implementar nuevas estrategias basadas en el funcionamiento del cerebro. Abarca una forma distinta de enseñar, con la que los niños aprenden y estudian mejor y de manera diferente.

En otras palabras, es una forma en la que se unen los conocimientos sobre cómo funciona el cerebro y cómo se educa. Para entenderlo mejor, podemos revisar cómo se aplica en la escuela durante cualquier día común. Por ejemplo, gracias a la neurociencia se sabe que la curiosidad intrínseca, la emoción y la motivación son tres de los principales mecanismos que favorecen el aprendizaje del cerebro. Gracias a ello, los profesores pueden crear emociones positivas en un aula por medio de herramientas didácticas, un ambiente divertido y creativo, premiando los errores como oportunidades de aprendizaje, asociando el placer y la educación y haciendo que los alumnos se motiven más.

Los beneficios de la neuroeducación

Con el ejemplo anterior es posible que la educación sea mucho más productiva. Hay muchas otras formas de aplicar la neurociencia en las aulas y todas ellas generan una serie de beneficios para los niños.

• Crea un clima positivo en el aula (emocional, motivador y didáctico).
• Implementa herramientas con las que los alumnos pueden interactuar.
• Valora la capacidad individual de cada estudiante, pues cada uno de ellos tiene un pensamiento y habilidad distintos.
• Corrige las dificultades en el aprendizaje al estudiar cómo funciona la mente de cada estudiante detenidamente y dejando de lado métodos tradicionales.
• Reduce el riesgo de fracaso escolar.
• Potencia la autoestima de los niños, su creatividad y sus capacidades.

Para complementar la educación de tus hijos, recuerda que una de las mejores actividades interactivas y didácticas es la lectura. Nosotros escribimos historias que promueven valores, la creatividad y el aprendizaje de los pequeños. Para más información escríbenos a info@theoyleo.com o llámanos al 9697 26504.

La educación mejora con el tiempo. Se utilizan nuevos métodos, innovación y los niños tienen más y mejores formas de aprender de acuerdo con sus habilidades. Es por eso que ahora se utiliza el método Montessori. ¿En qué se basa? Ahora los chicos tienen la oportunidad de aprender de manera libre, espontánea y con respeto. Para entender mejor su funcionamiento, aquí te contamos los principios en los que se basa.

1. Descubrir y aprender. La experiencia, la práctica, el contacto directo y el descubrimiento es lo que verdaderamente facilita y complementa la educación.

2. La importancia del ambiente. Cada entorno educativo debe ir acorde con la edad de los alumnos. Si son niños, debe estar limpio, ordenado, espacioso, atractivo y con elementos para desarrollar actividades amenas.

3. Darle al estudiante la posibilidad de elegir. En el aula habrá distintas herramientas de aprendizaje, elementos didácticos, entre otras cosas. Es el alumno quien debe elegir lo que sea de su preferencia como parte de su motivación.

4. Clases interrumpidas. Con todo lo anterior ya establecido, entonces es posible que los alumnos no se aburran y que logren participar de una clase larga sin pausas. El método Montessori promueve la concentración.

5. Aprovechar la sensibilidad. En un niño, por ejemplo, la habilidad para adquirir conocimiento es muy fuerte. Un caso práctico es cuando aprenden otro idioma de manera más rápida que la de un adulto. La labor de los padres y profesores en esta circunstancia será observar los momentos en los que ellos se sienten más sensibles para aprender o las cosas que más les atraen. De esta manera se concentrarían en ello y potenciarían su aprendizaje.

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El establecer rutinas en casa ayudarán a nuestros niños a tener un correcto desarrollo cognitivo y emocional. Para lograrlo, es importante que cada uno de los miembros de la familia también respeten las normas establecidas. Los padres somos la principal fuente de aprendizaje de nuestros hijos, y si nosotros no cumplimos con lo establecido, ellos tampoco lo harán.

La rutina es importante no solo para el buen desarrollo cognitivo y emocional de nuestros niños, como lo mencionamos anteriormente, sino también por las siguientes razones:

Desarrollan autodisciplina y responsabilidad

Cuando las rutinas se siguen paso a paso, nuestros hijos desarrollarán la autodisciplina y la responsabilidad. Además, la satisfacción que sienten por hacer algo bien les genera confianza en sí mismos.

Aprenden a ser independientes

Los niños ya no necesitarán de los padres para hacer algunas cosas básicas de la casa como tender su cama o dejar las cosas en su sitio cuando llegan de la escuela o de la calle. Ser independientes desde pequeños les ayudará a desarrollarse en cada aspecto de su vida cuando sean adultos.

Desarrollan la capacidad de resolver problemas

Los niños, al tener una rutina interiorizada, no tendrán problemas en realizar alguna actividad en caso se presenten conflictos en el camino. Al principio, pedirán ayuda de los padres y luego lo harán solos, desarrollando así su habilidad para resolver problemas. 

Son más felices

El solo hecho de cumplir con alguna rutina de manera óptima y sin ayuda de los padres, hará que los niños sean más felices. Les generará una mayor confianza y podrán ser capaces de hacer dos o más cosas a la vez sin perder la concentración.

Evita conflictos innecesarios

La rutina debe tener reglas establecidas para toda la familia. Los padres tienen tareas diferentes a la de los pequeños, por ende, es importante respetar las actividades correspondientes a cada miembro familiar.

Las rutinas ayudarán a tus hijos a ser personas responsables e independientes. Crea reglas para ellos y para cada miembro de la familia. Recuerda que tu hijo aprenderá todo de ti.

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Uno de los factores más importantes en la educación de los niños es inculcarles valores. Y entre ellos, la acción de compartir los ayudará a desenvolverse mejor, ser más solidarios, mejorar sus relaciones con los amigos u otros familiares y madurar de manera eficaz. Aquí te brindamos ocho recomendaciones para ayudarlos a compartir.

1. Enséñales con el ejemplo. Compartir es un hecho práctico y los niños siempre están atentos a los modelos que quieren seguir. Es importante que tus hijos te vean compartir tus bienes con otras personas, ser generoso, etc.

2. No los obligues. Por el contrario, enséñales que no significa renunciar ni perder sus cosas, sino ayudar y ser amable con los demás.

3. Hazlo divertido. Tus hijos pueden prestarles sus juguetes a sus amigos por un rato, y ellos, a su vez, ofrecerles los suyos. Así pasarán entre todos un momento agradable y tus hijos apreciarán cómo compartir no significa perder.

4. ¿Sabes por qué no quiere compartir? Pregúntale a tu hijo e intenta comprender las razones por las que no desea compartir. Quizá haya tenido una mala experiencia cuando quiso hacerlo en la escuela o un amigo no quiso prestarle un juguete. Conversa con él al respecto.

5. Dale tiempo. Algunos niños aprenden ciertos valores antes que otros. Tus hijos irán conociendo la acción de compartir conforme vayan desarrollando sus habilidades sociales y tengan mayores experiencias con personas fuera de su familia.

6. No los recrimines. Utilizar frases como “eres egoísta” o “niño malo”, incomodarán a tus hijos y no les permitirán entender en qué se están equivocando. No se trata de forzarlos a compartir sino a dejar que lo hagan por su propia cuenta.  

7. Respeta sus deseos. Quizás tu hijo tiene una carta o un dibujo que no quiere que vean los demás. Está en su derecho, puesto que los niños también desarrollan el sentido de privacidad desde que son pequeños. Eso sí, siempre pregúntale las razones de por qué no quiere compartirlo para comprobar que no se trata de algo negativo.

8. Cuéntales una historia. Utiliza métodos didácticos en donde puedan aprender juntos cuáles el verdadero valor de compartir.Puedes fomentar su creatividad y el hábito de la lectura con un cuento y, además, enseñarle este tipo de valor.

Por ejemplo, en Theo y Leo contamos con Aprende a compartir, un cuento personalizado que fomentará en los niños la convivencia en armonía desde la generosidad y el respeto hacia su entorno. Tus hijos descubrirán que compartir es algo más que prestar objetos.

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