Con frecuencia escuchamos los reclamos de los pequeños del hogar sobre las materias o temas que no son de su preferencia. El proceso para que adquieran o mejoren sus habilidades depende de la enseñanza de los padres y existen diversas técnicas de estudio para facilitar la mejora de sus logros.

Técnicas para elevar la mejora del aprendizaje

Existen diversas metodologías de enseñanza, ya que cada niño aprende y se adapta según sus requerimientos, necesidades y características individuales.

Las diferentes técnicas de estudio que observaremos, tienen la finalidad de adaptarse a estas necesidades de los niños y lograr resultados positivos.

• Realizar apunte

Se elabora un nuevo texto con las palabras propias de lo leído. Este modo le permitirá al niño reflejar cuánto logró entender o asimilar el contenido estudiado. El recolectar información exacta dependerá también de la materia, por ejemplo:

Si el curso es sobre Historia, lo recomendable será apuntar las fechas de los acontecimientos.

• Elaborar mapas mentales

Recomendable para personas con una buena memoria visual. El mapa mental debe contener diagramas con conceptos relacionados a la palabra clave o central, estos pueden ser elaborados a mano o digital.

• Brainstorming

Herramienta para obtener las ideas más originales del tema determinado. Se exponen libremente conceptos y da rienda a soltar la creatividad, por ejemplo:

Si la materia es historia, cada participante del grupo de estudio podrá acotar algún hecho histórico que ocurrió en determinado año.

• Grabación de clases

Grabar para luego reproducir emitirá un aprendizaje de gran utilidad, puesto que se genera un efecto de incorporación del conocimiento.

• Test

Sirve para confirmar cuánto contenido ha sido asimilado. Es una práctica escrita u oral que se resuelve muy brevemente, se pregunta sobre un tema y se dan opciones a varios resultados, el objetivo es señalar la opción correcta

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La escuela es el segundo hogar de tu hijo, por eso, la empatía que tengan los maestros con ellos  juega un papel fundamental en su crecimiento. Un buen educador ayuda a definir si nuestro niño se apasiona por aprender o que odie el colegio.

Algunos de nosotros hemos tenido maestros que simplemente en algún momento nos quitaron las ganas de ir a la escuela, pues estos docentes solo asistían por ganarse un sueldo mensual, su trabajo se resumía a dar dos o tres lecciones, asignar tareas y enviarnos a casa, sin importarles si aprendíamos algo o no.

De ahí parte la idea de que los maestros son pieza clave en el desarrollo académico de los niños. Tomemos como ejemplo a los grandes genios de la historia, ellos agradecen sus triunfos a muchos de sus mentores. Para lograr que estos niños se conviertan en adultos ejemplares del mañana, solo se necesita amor por la enseñanza, amor por su profesión.

Los niños ven a los maestros como ejemplo a seguir al igual que a sus padres. Les demuestran su admiración mediante dibujos, regalos o simplemente no paran de hablar de ellos cuando vuelven del colegio. Es importante que el maestro les devuelva tal señal de afecto con dedicación, respeto y amabilidad pues son ellos quienes dejaran huella en sus alumnos.

Un buen maestro no maltrata, educa. Un buen profesor ayuda a afianzar la confianza en los niños, los hace ver que cada uno es especial, los escucha y jamás los ridiculiza ante un error, pues equivocarse es parte de aprender, se enfoca en resaltar las habilidades y puntos fuertes y restarle importancia a los débiles. Si un maestro hace todo lo contrario, hará que el niño tenga miedo e incluso podría generar algún trauma.

Usando la imaginación se facilita el aprendizaje. Motivar al niño a aprender hará que este aprenda más y mejor. Un buen educador, no solo se sienta en su escritorio y dicta una lección, al contrario, mediante juegos, canciones, historias o representaciones de teatro usando el tema de la clase, ayuda a estimular la inteligencia de los niños, y hace que ellos le presten mayor atención y retengan más rápido la información.

Los niños viven en una época donde el bullying es una realidad tangible. Un maestro empático puede ayudar a los niños que vean en él a un protector, al menos durante esa etapa. La rápida acción de los profesores puede incluso hasta salvar más de una vida. También, en otros casos los maestros ayudan a que el niño busque otro grupo donde se sienta cómodo, evitando la exclusión social.

Los maestros ayudan a que los niños creen metas vitales como por ejemplo, ser como su maestro cuando sea grande, y les ayuda a conseguirlas. La empatía de los educadores es fundamental cuando el niño enfrenta obstáculos, como una nota baja, y hace que no sientan que han fracasado. Con una sonrisa y un par de técnicas de estudio, los maestros deben explicarles a los niños que no está mal, pero que debe estudiar más.

Padres y docentes deben trabajar de la mano para que el niño siga aprendiendo. La mayor parte de la educación viene de casa es por eso que la actitud de los padres también es muy importante. Ambos deben reunirse cada cierto tiempo para conversar sobre el avance de los niños y como se puede mejorar, pero tiene que existir un compromiso de ambos. La mejor forma de educar a un niño es en un ambiente armonía y de buena comunicación.

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La inteligencia digital es la suma de habilidades sociales, emocionales y cognitivas indispensables para vivir en el mundo digital. Los niños y los jóvenes son los grandes expertos de los nuevos medios electrónicos; sin embargo, el uso desmedido del smartphone, televisor o laptop puede poner en riesgo a nuestros hijos.

Un estudio de la organización estadounidense Kaiser Family Foundation determinó que los jóvenes norteamericanos pasan cada minuto de su tiempo despierto frente a un celular inteligente u otro aparato electrónico. Si bien en Perú las cifras son menores, no estamos muy lejos de que en un futuro cercano lo igualemos. Por eso es importante que los padres sepan cómo desarrollar la inteligencia digital de manera correcta en sus hijos.

Muchos padres creen que no se puede hacer nada para luchar contra este problema, pero eso no es cierto. Existen algunas reglas que, si son enseñadas con persistencia, pueden tener un impacto positivo en los menores. A continuación, te daremos algunos consejos:

1. Restringir el uso de medios electrónicos (especialmente celulares) durante el almuerzo familiar, un paseo o una reunión.

2. Si tiene una computadora en casa, colóquelo en un lugar donde pueda supervisar todo lo que su hijo haga.

3.  No es bueno que nuestros hijos tengan un televisor o una computadora en sus dormitorios. En el caso de que sea así, trate de mover los artefactos a otro lugar de la casa.

4. A los niños menores de 8 años no les brinde acceso a los videojuegos, celulares o computadoras. En el caso de que sus amigos o compañeros lo presionen, converse con un médico especialista para que le explique cómo hacerle frente a este problema.

5. El ejemplo es mejor que las palabras. Si usted usa el celular mientras está cenando con sus familiares, no espere que su hijo no lo haga.

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Existen muchos adultos que piensan que las escuelas son las encargadas de educar a los hijos y darles los conocimientos necesarios para que puedan desarrollarse y ser una persona exitosa. Sin embargo, la realidad no es así. Los padres tenemos un papel fundamental en su educación y en este artículo te contaremos todos los motivos.

Aunque los niños pasen gran parte de sus días en la escuela, esto no exime a los padres de sus responsabilidades como vestirlos y alimentarlos. Pero eso no es todo, nuestro deber también es ser sus mentores, sus guías, brindarles todo el apoyo emocional necesario y enseñarles sobre las emociones y sentimientos. Esto nunca lo aprenderán en el colegio. 

Nuestro ejemplo es algo clave en la educación de los niños, ya que tiene más impacto que las palabras. Si somos generosos, amables, respetuosos, sinceros y tolerantes, nuestro hijo también lo será. Recuerda siempre que no podemos exigir aquello que nosotros mismos no realizamos.

Debemos demostrar a los hijos que nos importa todo lo que les ocurre durante las 24 horas del día. Eso significa que tenemos que participar en la escuela, en las actividades, hacer un seguimiento de sus responsabilidades y mantener un contacto positivo con los profesionales del centro educativo.

Está comprobado que la participación de los padres en la educación de los hijos conducirá a resultados positivos en los estudiantes. Cuando más trabajas con tu pequeño las actividades de aprendizaje académico y emocional en casa, será muy probable que el niño desarrolle un gran autoestima y una buena actitud ante el aprendizaje.

Los padres tenemos un papel importante en la infancia de nuestros hijos. Prepárate para vivir esta hermosa etapa de tu vida y esfuérzate al máximo para brindarle el amor y bienestar que él necesita.

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